Hay un gran alboroto en Twitter por el “Modo Oscuro” que ahora se puede usar en todos los dispositivos Android, permitiendo que los usuarios de este sistema operativo, experimenten una forma más atractiva para usar esta red social, ahorrando en energía y también proporcionando más comodidad para la vista con lo que llaman «Lights Out» ya que se puede apreciar la diferencia entre un color oscuro y el nuevo “true black” o negro verdadero que no refleja la luz y no cansa, sobre todo en las horas nocturnas.
Pero lo que quizás ha levantado verdaderas discusiones (irónicamente) ha sido la opción de esconder los “replies” o las respuestas, para evitar la toxicidad cuando se comentan ciertos tópicos y despiertan pasiones al punto de la grosería, insultos y hasta amenazas de muerte.
Anteriormente habíamos publicado acerca de las reglas de conducta para prohibir los mensajes de odio ya que la tensión entre los usuarios de Twitter se había incrementado a niveles peligrosos, donde atentaban con la integridad y la seguridad de los mismos.
Para nadie es un secreto que esta red social es la predilecta para leer las noticias del día, publicar algo de relevancia en el ámbito político y social, en la que se busca intencionalmente la reacción de una audiencia que está más que lista para dar su opinión.
Pero, no todo queda en informar o en opiniones, ya que el asunto ha cobrado una importancia mayor, cuando personas (públicas o no) muchas veces tienen que ponerse el candado o desactivar su cuenta para evitar que sean agredidos en la plataforma y que no llegue a extremos de peligar la integriad física, (solo por citar un ejemplo). Pero también sucede que algunos lo usan para atacar y no permitir la réplica que el “atacado” o los que han leído ese tweet puedan interactuar directamente con quien originó la primera reacción.
Pero esta controversial medida no ha hecho “mucho ruido” en el mismo Twitter? No tanto, porque fue lanzada en Canadá, ahora en Japón y en Los Estados Unidos solamente. Y aunque no haga falta vivir en estos países para saber lo que está sucediendo, es lógico que quien no ha visto este filtro, no le causará mayor impacto. Pero es muy posible que en una discusión (aunque no haya ofensas o no se infrinjan las reglas de conducta de Twitter) se pueden ver cada vez más los mensajes diciendo: “tweets no disponibles”.
En lo particular, pienso que es una especie de censura disfrazada de buena intención.
Cuando trato de leer los replies al comentario principal -y muchas veces ni siquiera es un tema dentro de la gama “sensible” que podríamos generalizar en: política, sexo, religión- simplemente no se puede leer o dar continuidad. Puedo nombrar casos de personajes que componen canciones o escriben libros, que sencillamente no pueden aceptar una crítica. Es cierto que a mucha gente se le pasa la mano con ellas, pero si un trabajo es público, no creo que las críticas deban ser en privado. Imagínense como lloverán los DM de estos personajes. Y cito este ejemplo, para dar una idea de lo complicada e inútil que podría ser esta nueva opción.
Es innegable la importancia tan grande que ha tenido Twitter a la hora de viralizar el llamado a la sensibilidad colectiva como lo fue por ejemplo el movimiento #metoo y divulgar las protestas socio-políticas que antes quedaban enfrascadas en las localidades donde ocurrían, y de este modo, muchas manifestaciones han podido lograr cambios sustanciales en una sociedad, gracias la ventana que ofrece esta red social y a la participación activa de sus usuarios.
Así que, Twitter se vuelve a reinventar para ser líder en las redes, desintoxicar el ambiente y poder vivir la realidad de las noticias sin tantas agresiones, y aunque no nos parezcan muy acertados ciertos cambios -porque poco a poco nos llevan a una invevitale y peligrosa cencsura- junto con un exceso de cortesía (que se puede traducir en muchos casos, en miedo e hipocresía) hay que reconocer que está haciendo un gran trabajo, ya que últimamente le ha llovido una campaña de desprestigio, a pesar de que al mismo tiempo provee más usos positivos que negativos. Siendo todo esto, producto de lo complicado que es manejar miles de bots, o personas que se dedican solo a desinformar y desestabilizar desde esta tribuna a la opinión pública, al fabricar las muy tóxicas y las muy en tendencia, Fake News.