No hay nada mejor que cuando terminas de ver una película, quedes completamente entretenida, con ganas de ver más, ¿y por qué no? ¡Feliz!
Quizás ya te estoy dando un súper spoiler, pero realmente tenía tiempo que no veía una película que, con una simpleza en su narrativa, pudiese mantenerte completamente fascinada en sus actuaciones, ya que obviamente con un director como Paul Thomas Anderson, que también estuvo a cargo de la cinematografía (junto a Michael Bauman) y el guion, no se podía esperar menos.
Licorice Pizza te muestra tal como si fuera una de esas películas “como las de antes” pero que nos hacía falta “ahora” ya que -no es por nada- pero nos tienen un poco saturados con tantos efectos especiales, con pelis que se sienten cada vez más artificiales, aunque sus historias puedan tocarnos fibras muy reales, pero son huecas al mismo tiempo y aunque ésta en particular, no tenga un plot tan original, la forma en que fue llevada a la pantalla, si la hace única y genial!
Este filme se trata, de la historia de Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman) dos jóvenes que viven en el Valle de San Fernando, en Los Ángeles, que se llevan 10 años de diferencia (ella mayor que él), pero que coinciden en una cantidad de eventos, no solo en el área donde viven sino, que cada quien se está abriendo paso en la vida, queriéndose comer al mundo, con rebeldía y muchas torpezas (con los típicos errores de la inmadurez) pero que, al mismo tiempo, no se dejan abatir por tiempos convulsionados en el ámbito político, económico, social (todo sucede en 1973) y desde luego, el micro cosmos de las reglas “sociales” de lo que implica vivir en el “Valley”.
No todos los que no nacimos o crecimos en el Valle, vamos a poder entender esas anécdotas con esa frescura e intensidad, como lo hizo exquisitamente Mr. Anderson en el cual basó este personaje de Gary Valentine (el actor real, productor y amigo inseparable de Tom Hanks, el multifacético: Gary Goetzman), pero tampoco podemos negar que (ahora) vemos como si fuese una especie de suerte o algo kármico el haber podido vivir alguna porción de nuestras vidas –aunque haya sido en años muchos más recientes- en ese Valle, y nos haga entender quizás un poquito más esa energía que posee ese lugar…y mentiríamos si no reconociéramos la emoción extra, al ver que tantas cosas geniales pasaron (aunque haya sido muchas décadas atrás) en ese pedacito de ciudad.
Pero igual, seas de donde seas y estés donde estés, todo lo que se plantea en esos recuerdos nostálgicos que salieron de la cabecita de este gran director oriundo de este famoso Valle, es para deleitarnos con historias comunes de gente normal que en realidad, no se diferencia mucho de los dramas que pueda tener cualquier persona en otra parte del mundo; desde tener sueños de ser alguien importante en la vida, como los problemas políticos que tiene cada país, crisis económicas, guerras, abusos de todo tipo, conjugados en perfecto drama, con notas de humor.
Es fascinante cómo esta película te deleita con las sutilezas de sensualidad, la forma en la que se planeta la envidia, el sarcasmo, el tabú sobre la homosexualidad, discriminación racial, abusos de drogas, alcohol, sexo, la corrupción, y la lista puede continuar…
Pero hablando de lleno de los personajes principales, tenemos a Alana, que trata de una mujer joven al igual que millones de chicas en el mundo, que quiere vivir su vida fuera de convencionalismos, pero con ciertas garantías de estatus social y seguridad económica. Ella quiere ser independiente, ¡tener su propia voz y dejar de ser la asistente de todo! Comenzado por dejar de ser la de sus padres, y de todos los múltiples empleos que va ejerciendo, mientras ella se encuentra a sí misma.
A través una muy buena lograda producción, y un equipo que supo trabajar las transiciones del vestuario y el maquillaje, junto con la magia de una excelente edición, y por supuesto, una actuación de primera, se logra transmitir todo este rollo que lleva esta chica en su cabeza y no quedará nadie en la audiencia que no desee que ella por fin sea exitosa ¡de una vez por todas!
Pero también está Gary, el otro protagonista, que pasó de ser el «niño estrella» y que poco a poco fue perdiendo ese sitial glorioso, pero que sabe que no puede vivir de eso más, y que solo cuenta por tiempo muy limitado con esa gran fama que obtuvo de muy niño y (así como la analogía de que un país no puede vivir solo de petróleo –spoiler–cuando su negocio de las camas de agua se comience a ir por un tubo por la crisis del crudo) y es ahí, cuando a sus 15 años, comience a asumir que su precoz fama no le servirá de “colchón” todo el tiempo y es cuando viene su gran aceptación de la realidad y con actitud humilde pero al mismo tiempo con mucha determinación, sin miedo, ni pena, (sabiendo que una porción de Hollywood lo conoce) y un sector “nice” del Valle también, aprovechará lo que aún le queda, y sin complejos, intentará, una y otra vez, tener éxito en sus empresas, para no volverse invisible y finalmente, decidirá reinventarse!
Pero más allá de su ego de actor y la fama que no le molesta pero le agobia «quedarse estacando» e invisible por falta de contratos en la TV) lo que verdaderamente lo motiva, es ganarse el respeto y sobre todo, el amor de su crush Alana. De nuevo, esa mujer mayor que él, esa de 25 años que, en momentos, parece ella la de 15, pero que, con su inseguridad, pero con charm, desaciertos, pero con inteligencia, preparación, y con mucha determinación de querer lograr algo en la vida y sin avergonzarse para alcanzarlo, inspira a Gary a realizar más proezas, pero al mismo tiempo, el, que sabe que en la vida solo se tiene «one shot» (o una sola oportunidad) hace lo mejor que puede no solo para él, sino para impresionar a Alana pero sin olvidar de llenarla de dulzura, haciendo que por más que ella quiera huir del «puberto» y el de la mujer «mayor» sus caminos se terminen una y otra vez entrecruzándose. Siendo imposible no reconocer lo bien logrado el romanticismo en esta película de principio a fin.
Licorice pizza siempre te estará llevando al borde de algo mucho más allá que no sabes que va a suceder y saber que entre una escena y otra, y te puedas quedar pensando en lo mal o bien en que pudo terminar una decisión de estos de jovenes y te ubicas en no solo en ese contexto, sino en muchos otros. Es fascinante cómo esta película te deleita en sutilezas de sensualidad, el planteamiento de la envidia, la rivalidad, el sarcasmo, el tabú sobre la homosexualidad, la discriminación racial, abusos de drogas, alcohol, sexo, la corrupción, y la lista puede continuar…
Durante un poco más de dos horas, podemos contar con una dirección estupenda llevada con una naturalidad en la que los actores no quisieran nunca salirse de los personajes y siempre pensarás que esta historia de Alana y Gary es eterna y quizás en cada verano caliente, mirando las palmeras californianas pensarás en ellos como referencia romántica dentro de las excentricidades, superficialidades, locuras que aún existen en el mundo de Hollywood, el Valle y en Los Ángeles en general.
Licorice Pizza no es una producción pretenciosa, pero está bien hecha, muy disfrutable de principio a fin, seguramente, esta peli, la buscarás para cuando quieras reconfortarte. No solo es haber hecho un trabajo impecable con el guion, es haber sabido escoger el casting perfecto, Alana Haim, más allá que la conocemos por su banda musical “Haim” sinceramente hay que reconocer ¡qué forma de estrenarse como actriz y en el cine! También sus hermanas Este y Danielle Haim y sus papás que salieron en la peli interpretando a su familia de una forma natural e hilarante.
¿Y que podemos decir de Cooper Hoffman? Podría pasarme hablando toda la reseña sobre su gran talento, de su inteligencia actoral, que impregna la pantalla con misterio y fuerza, ya que es una presencia imponente (como la que tenía su fallecido padre, Philip Seymour Hoffman) y que es mas que justo decir que este joven actor brilla con luz propia, siendo capaz de llevarte a unos niveles de intensidad, pero con la mayor dulzura, y eso, cualquier actor, no te lo va a hacer sentir en una sola escena y ni a veces en una sola toma… Así que, en las nuevas generaciones de actores, ¡prepárense! Pues veo que este muchachito, pondrá a más de uno a tomar muchas clases y a sudar a unos cuantos cuando les toque trabajar en la misma escena con él, ya que Cooper Hoffman, subió la barra, ¡pero muy alta!
Sean Penn me hizo reír al igual Bradley Cooper, ya son unos duros en este negocio, y lo que hicieron fue divertirse como niños, junto con todos los excelentes actores ( Skyler Gisondo, Joseph Cross, Benny Safdie, Chrisrine Ebersole, Tom Waits, solo por nombrar algunos destacados) que una vez más, les digo, fueron escogidos a la perfecta me-di-da de esta dulce historia.
Y sin ser menos importante, la realización del Score de la película estuvo a cargo de Jonny Greenwood (Radiohead) y también encontraremos el tema (por supuesto de Licorice Pizza de Jonny Greenwood, July Tree (Nina Simone), Peace Frog (The Doors)y por si fuera poco, Life On Mars? (David Bowie. Más suspirosss 🙂
La volveré a ver.
